El lobo y las siete cabritillas .

Había una vez una madre cabra que tenía siete hermosas cabritillas. Vivían en una pequeña casa en el bosque, rodeadas de árboles y flores silvestres. La madre cabra era muy protectora de sus hijas y les enseñaba a ser precavidas y a no abrir la puerta a desconocidos.

Un día, mientras la madre cabra estaba fuera buscando comida, llamaron a la puerta. Las cabritillas, que estaban jugando dentro de la casa, preguntaron quién era. Una voz ronca y áspera respondió: "Soy el lobo, he venido a ver a tus hermosas hijas".

Las cabritillas temblaron de miedo y se escondieron bajo la cama. Pero el lobo era astuto y tenía un plan. Empezó a hablar en un tono suave y dulce, diciéndoles que era un amigo y que solo quería jugar con ellas. Las cabritillas, que no sabían nada de las malas intenciones del lobo, salieron de debajo de la cama y abrieron la puerta.

El lobo entró en la casa y se sentó en el sofá. Las cabritillas empezaron a jugar con él y el lobo les preguntó si querían jugar a un juego. Las cabritillas estaban emocionadas y preguntaron cuál era el juego. El lobo respondió: "Es muy sencillo, solo tienen que esconderse y yo las buscaré".

Las cabritillas se escondieron en diferentes lugares de la casa, mientras el lobo se daba un festín con la comida que había en la cocina. Cuando terminó de comer, empezó a buscar a las cabritillas. Encontró a la primera, que estaba escondida debajo de la mesa. El lobo la engañó para que saliera de su escondite y se la comió.

El lobo siguió buscando a las cabritillas, encontrando a cada una de ellas y comiéndoselas. Solo quedaba una, la más astuta de todas. Se escondió en el reloj de pared y esperó hasta que el lobo se cansó de buscarla. Cuando el lobo se fue, la cabritilla corrió a buscar a su madre y le contó todo lo que había sucedido.

La madre cabra estaba muy triste por la pérdida de sus hijas, pero también estaba orgullosa de su hija más astuta. Juntas, decidieron hacer un plan para atrapar al lobo. Colocaron una piedra pesada en la entrada de la casa y cuando el lobo volvió, no pudo entrar.

El lobo intentó varias veces entrar en la casa, pero la piedra era demasiado pesada. Finalmente, se rindió y se fue a buscar comida en otro lugar. Las cabritillas y su madre se sintieron aliviadas al saber que estaban a salvo y aprendieron una lección importante sobre no confiar en extraños. Desde ese día, nunca volvieron a abrir la puerta a nadie que no conocieran.

Sobre:

"El lobo y las siete cabritillas" es un cuento popular de hadas que cuenta la historia de siete cabritillas que viven en una casa en el bosque con su madre. La madre les advierte que no abran la puerta a nadie mientras ella está fuera, pero un lobo astuto se disfraza de su madre y engaña a los cabritillos para que abran la puerta.

Cuando los cabritillos descubren que el lobo ha entrado en su casa, intentan esconderse. Pero el lobo los encuentra y se los come uno por uno, con excepción del más pequeño, que se esconde en un reloj de pared. Cuando la madre regresa, descubre que sus hijos han sido devorados y busca venganza. Finalmente, logra engañar al lobo y liberar a sus hijos del estómago del lobo, rellenando su vientre con piedras.

El cuento de hadas ha sido adaptado en varias formas y versiones a lo largo de los años, incluyendo películas animadas y libros ilustrados. En la cultura popular, "El lobo y las siete cabritillas" a menudo se utiliza como una metáfora para la importancia de seguir las reglas y la precaución con los extraños. También se ha utilizado para enseñar a los niños sobre la importancia de la valentía y la perseverancia en situaciones difíciles.