Florecilla Silvestre.

Había una vez una pequeña y hermosa florecilla silvestre que crecía en medio del bosque. A diferencia de las otras flores del lugar, ella no era tan vistosa ni colorida, pero tenía una belleza única que atraía a los animales del bosque.

La florecilla se llamaba Margarita y, a pesar de ser muy modesta, se sentía feliz en su pequeño rincón del bosque. Todos los días, disfrutaba del sol que se filtraba entre las hojas de los árboles y se dejaba acariciar por la suave brisa que soplaba entre los arbustos.

Un día, un pequeño pájaro llamado Pipo se posó sobre ella. La observó detenidamente y le preguntó: "¿Cómo es que eres tan diferente a las demás flores?". Margarita, un poco sorprendida, respondió: "No lo sé, solo sé que soy una flor silvestre y que me gusta estar aquí".

Pipo quedó fascinado por la humildad de Margarita y decidió visitarla todos los días. Le contaba historias de sus viajes por el bosque y le hablaba de las aventuras que había vivido. Margarita se sentía muy agradecida por su compañía y se emocionaba con cada historia que Pipo le contaba.

Un día, una fuerte tormenta azotó el bosque y Margarita se asustó mucho. Pipo voló rápidamente hasta ella y se posó sobre sus pétalos, protegiéndola de la lluvia y el viento. Pasaron varias horas hasta que la tormenta amainó y Margarita, muy agradecida, le dijo: "No sé qué hubiera hecho sin ti, Pipo".

Desde ese día, Margarita y Pipo se hicieron muy amigos y se convirtieron en los mejores compañeros del bosque. Juntos, exploraban los rincones más escondidos del lugar y disfrutaban de cada momento que pasaban juntos.

Con el tiempo, Margarita se convirtió en la flor más querida y respetada del bosque. Los animales la visitaban constantemente y se maravillaban con su belleza y humildad. Y aunque ella no era la flor más colorida ni la más grande, todos sabían que era la más especial.

Así, la pequeña florecilla silvestre llamada Margarita se convirtió en la protagonista de una historia que inspiró a todos los seres del bosque a ser humildes, agradecidos y a valorar la belleza en la sencillez.

Poema "Florecilla Silvestre"

Florecilla silvestre,

tan tierna y delicada,

con tu belleza humilde,

en el bosque escondida.




De colores suaves,

en tu pétalo se ve,

el sol que te acaricia,

y la lluvia que te da de beber.




No buscas la atención,

ni ansías ser notada,

pero a quien te encuentra,

una sonrisa le regalas.




Eres símbolo de la vida,

de lo sencillo y natural,

nos enseñas que en la simplicidad,

también hay belleza sin igual.




Florecilla silvestre,

eres un tesoro del bosque,

que nos recuerda que la naturaleza,

siempre tiene algo que ofrecernos.